Cuando llegamos a
los caminos del Señor lo hacemos con una historia a cuestas, una vida en la que
tomamos decisiones equivocadas fuera de la voluntad de Dios, decisiones que
como fruto han dado a nuestras vidas consecuencias no deseadas. Pero Dios,
nuestro Dios, no rechaza a un corazón contrito (dolor y pesar de haber
pecado u ofendiendo a Dios) y humillado (Salmos 51:17).
Muchos de los
hombres también vienen con sus historias (De haber abandonado hijos, rechazado
a su esposa, infidelidad, y más) son los que ponen en práctica una especie de discriminación
hacia mujeres en su misma condición. Por qué? Acaso no hace Dios todas las cosas como
nuevas? hemos sido restauradas, renovadas en Cristo Jesús.
Mujeres:
Amadas hermanas,
princesas del Dios altísimo, nadie tiene derecho de herir un corazón que ha
sido restaurado por Dios. No te aferres a alguien que le da más valor a tu
pasado que al cambio maravilloso que Dios ha hecho en ti. Tu felicidad depende
de Dios no de una persona, en Dios te completas, con alguien más solo te
complementas. Tus hijos son un regalo valioso que Dios ha puesto en tus manos,
(Hacerlos a un lado por un hombre no tiene sentido) que tu futuro esposo sepa
que no son una carga, y que tus hijos ya tienen (o tuvieron) un padre biológico
y tienen al padre celestial, que el hecho de que él se convierta en un padre
para tus hijos depende de él, no de un estatus legal y dice mucho de un hombre
el deseo de ser un tutor, un guía espiritual y una buena influencia para la
vida de futuros hombres y mujeres de Dios.
Hombres:
Una mujer no vale
menos porque haya tenido una experiencia previa emocional o sexualmente y si
piensas eso estas totalmente en contra de cómo lo ve Dios (Quien ve el corazón),
ella está más que consiente de sus errores del pasado NO necesita tu desprecio
o tus recordatorios. Al asumir un compromiso con ella NO le estás haciendo una
favor, ella no necesita un favor, necesita que la amen tal cual es, que la
apoyen, que la animen, que la valoren. Ella sabe que no eres perfecto y estará
dispuesta a amarte, respetarte y ayudarte para que juntos formen un hogar lleno
de la gracia y el favor de Dios. Ama a sus hijos, apóyalos, muéstrales tu amor
cristiano, que ellos te amen y te acepten dependerá en gran parte de ti, si no
lo intentas no lo lograras.
El amor es
benigno… (Corintios 13) practica el amor en toda su esencia.