sábado, 11 de julio de 2009

Ya no vivo yo mas vive cristo en mí


Bien lo dice la palabra de Dios, desde ese momento especial en que entregamos nuestras vidas a nuestro salvador, no vivimos más nosotros; (Gal 2:20
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi…) debemos dar ejemplo con nuestras vidas, con nuestro proceder.

Cada día, cada momento, cada hora, cada segundo tenemos la oportunidad de demostrarle a Dios, que tan dignos somos de ser llamados sus hijos, vi una frase en un correo que recibí de un amigo que decía: “Dios siempre te ve, dale tu mejor espectáculo”, ¿Que te parece? Acaso no es cierto eso, nuestro creador, siempre nos ve, démosle un gran espectáculo de humildad, de ayuda, de perdón, de amor, de cada cosa que nuestro Señor nos manda a practicar.

Tengamos siempre pendiente, ese renacer que Jesús nos regaló, esa nueva vida, esa nueva oportunidad de ser. Ese sacrificio, que nos dio el derecho de ser llamados hijos de Dios. Hijos de un Dios que a pesar de que le fallamos una y otra vez, nos perdona, nos protege, nos guía y nos lleva de la mano de manera que permanezcamos firmes en el camino.

Pero debemos diariamente alimentar nuestra vida espiritual, mantener nuestra mente en contacto con Dios, hablarle por medio de la oración, pues el siempre está presto a escucharnos. Leer su palabra, meditar en ella y en lo posible trabajar en su obra, dejándole saber a los demás las maravillas que Jesús ha hecho en nuestras vidas. Da de lo que recibes. Dios nos bendice cada día, permite que otros reciban bendiciones, háblale de Dios y de su gran amor.


Cuando nos va mal, debemos revisar nuestra visa espiritual, no es El que se aleja o nos olvida, somos nosotros quienes nos alejamos de el y nos olvidamos que el existe. Aun así, cuando estamos hundidos y desesperados y decidimos acordarnos de el, entonces el nos extiende sus manos y nos levanta, dándonos esa oportunidad que en diferentes ocasiones rechazamos; El nos hace renueva y es así que llegamos a ser nuevas criaturas, en donde debemos tomar responsablemente esa decisión de que no somos nosotros los que vivimos, sino que es Cristo quien vive.


Aporte de: E.H.

No hay comentarios: