miércoles, 29 de diciembre de 2010

Reedifica los muros


Nehemias 2:17
Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio.


Hoy hice un paréntesis al iniciar el día, el cual se proyectaba lleno de afanes, me detuve con la simple intención de entregar un regalo a una amiga, lo hice y me despedí, pero ella me pidió que nos tomaramos un rico chocolate caliente y acepté, nos pasamos unos pocos minutos conversando, los cuales me fueron suficientes para entender ciertas cosas, hablamos un poco sobre una situación incomoda por la cual atravieso y en medio de mi deseo de desistir y abandonar la batalla ella con mucha seguridad y mirándome a los ojos me dijo "No es el tiempo" me comentó sobre sambalat y como no le agradó la desición de nehemias y el bien que queria hacer, cuando salí de su oficina me dijo lee a Nehemias.


Al salir de su oficina rumbo a mi trabajo me sentí en cierto modo aliviada, escuche palabras que tal vez el Señor me decía y no me atrevía a aceptar. En la estación del tren tomé mi Biblia y leí a Nehemias, un líder como pocos decia la introducción de este libro, decidido a actuar. En los primeros capítulos habla sobre la reconstrucción de los muros de Jerusalén y sobre como su pueblo se había adaptado a vivir en las aldeas de los alrededores mezclándose y posiblemente a punto de perder su propia identidad. Pero el corazón de este líder estaba en Jerusalén y su anhelo en reconstruir los muros, la Biblia nombra cada puerta y explica como se iban reconstruyendo.


Mientras caminaba reflexionaba al respecto y me preguntaba que hacer con este sambalat que se estaba posicionando justo en frente de aquello que me era de bendición, ¿Porque todo permanecía igual sin cambios evidentes durante tanto tiempo? y me di cuenta que posiblemente mis murallas requerían ser edificadas, cada puerta debía ser restaurada para que las bendiciones puedan entonces entrar. Mis ojos y todos mis sentidos fueron puestos en alerta, pude ver que mis afanes están ocupando tiempo de mi vida devocional. La lectura de la Biblia, el ayuno y la oración están presentes, pero no como antes, entiendo entonces que mis murallas deben ser reedificadas y cada una de estas puertas deben volver a su estado óptimo.

Debo ejercitar mi vida espiritual y estar lista, con las puertas libres de escombros para que las bendiciones que Dios tiene preparadas para mi, puedan acceder libremente a mi vida.
Ahora puedo verlo con claridad, entiendo que estoy en el campo de batalla y debo estar lista y en alerta, aun no es el tiempo de rendirse y si llegara ese tiempo y no me bastaran mis fuerzas Jehová mi Dios, fuerte y grande en poder y misericordia estará para sustentarme, protegerme bajo sus alas y pelear esta mi batalla.

E.H.

No hay comentarios: